El Valor en las apuestas
El valor en las apuestas se encuentra cuando la probabilidad de ganar es mayor que la estimada por la casa de apuestas, expresada por sus cuotas. En otras palabras, si la cuota de una casa de apuestas es mayor que la que un apostante considera justa, podemos decir que hay valor. Los deportes no son como los juegos de azar (por ejemplo el casino), en los que existe una probabilidad exacta y conocida de antemano. La probabilidad de que salga el 0 en la ruleta es del 2.7% (1/37). Sin embargo, las casas de apuestas, tipsters y apostadores como mucho pueden estimar cuales son las probabilidades justas de los diferentes resultados de un evento deportivo. Hay muchas maneras de hacer esto, pero en la mayoría de ellas supone analizar la “forma” de los equipos o jugadores que se enfrentan. Esto se puede expresar cuantitativamente, analizando los datos históricos que determinan la forma, como por ejemplo el número de goles, disparos a puerta o número de puntos en baloncesto, así como estudiando las lesiones, la motivación o cualquier otro tipo de noticias que pueden afectar al resultado del encuentro.
El concepto de “valor” no tiene sentido analizando apuestas individualmente porque las cosas pueden pasar o no pasar. Pero en el largo plazo las cosas cambian. Para cada partido siempre existe una incertidumbre,unos factores aleatorios que tienen una gran influencia en el resultado y en el largo plazo el factor suerte tiende a cero. Si podemos estimar a largo plazo la ” superioridad” de un equipo/jugador sobre otro mejor que la casa de apuestas es que somos capaces de encontrar valor y ganaremos dinero en el largo plazo.
Realmente lo que importa no es si pensamos que un equipo o un jugador ganará, sino si pensamos que tienen una mayor o menor probabilidad de ganar que lo que la casa de apuestas refleja en su cuota, y si por tanto nuestra probabilidad estimada es mejor que la suya. Muchos apostantes se suelen centrar en buscar picks ganadores -sin importarles la cuota- y suelen perder de vista que el objetivo es encontrar valor en una apuesta. Cualquiera puede acertar el ganador de un partido y tener una buena racha de aciertos pero pocos son lo suficientemente buenos como para encontrar valor y ganar dinero a las casas en el largo plazo. La razón es doble. En primer lugar, porque las casas tienen mucha experiencia estimando probabilidades; al fin y al cabo, viven de ello. En segundo lugar, porque porque sus márgenes u “overrounds” les protegen contra cualquier error en las estimaciones que cometan.
En la anterior lección hablábamos del concepto de la “esperanza de beneficios” o qué beneficio podemos esperar obtener de media en cada apuesta. Recordemos que la esperanza de beneficios no es más que la suma de las probabilidades de los diferentes resultados posibles de un evento, multiplicadas por el beneficio potencial de cada resultado. Cuando nuestra esperanza de beneficios para una apuesta es negativa, es que no hemos sido capaces de encontrar valor en las cuotas. Cuando es positivo, sí creemos que hemos encontrado el valor. Obviamente, no podemos conocer las verdadera probabilidad de un resultado deportivo antes de que el partido se juegue por lo que no podemos saber realmente si estamos haciendo una apuesta con valor o no. Solo con un análisis a posteriori de todo nuestro historial de apuestas podemos ver si hemos sido capaces de encontrar valor en nuestras apuestas. Esto lo veremos en una lección posterior, analizando un registro histórico de apuestas.
Retomemos nuestras apuestas simples y combinadas de la anterior lección. Supongamos esta vez que nuestra casa de apuestas ha cometido un error y que la verdadera probabilidad de que el Liverpool gane al Manchester United y de que el Arsenal gane al Tottenham, son en ambos casos del 50%. Con cuotas a 2.50, creemos por lo tanto que ambos equipos tienen un 10% más de probabilidades de ganar sus partidos de lo que la casa de apuestas piensa. Nuestra esperanza de beneficios por cada apuesta simple sería de 0.50 (la probabilidad de ganar) multiplicado por 1.50€ (el beneficio potencial por 1€ de stake) = 0.75€, menos la probabilidad de perder (50%) por nuestro euro de stake, -0.50€. En total la esperanza de beneficios total para esta apuesta simple es por lo tanto 0.25€ por cada euro apostado (0.75€ – 0.50€), ó 0.25 expresado en forma decimal. Podríamos ahorrarnos todos estos cálculos simplemente dividiendo las cuotas de la casa de apuestas (2.50) por la cuota de nuestra probabilidad justa (2.00) y restándole 1. Estas son las fórmulas:
Esperanza de beneficios = (Cuotas reales/Cuotas justas)-1
con las cuotas expresadas en formato decimal (europeo)
Edge ó Esperanza de beneficios (en %) = Cuotas actuales / Cuotas justas
Edge ó Esperanza de beneficios (en %) = Esperanza de beneficios +1
Recordemos que nuestro retorno es el beneficio más el stake apostado. La esperanza de beneficios (en %) es la expresión matemática del “edge”, que no es más que cuanto valor hemos encontrado en las cuotas.
En el caso de nuestras 2 apuestas simples, ambas tienen un edge de 1.25, que quiere decir, que de media deberíamos esperar obtener un retorno de 1.25€ (beneficio de 0.25€) por cada euro apostado, o 2.50€ en total. En el mundo real veremos un retorno de 5€ (por las 2 apuestas simples), ó 1.50€ de retorno por una ganada y una perdida, ó 0€ de retorno si perdemos las dos. Pero en nuestro mundo matemático, nuestra esperanza de beneficios será de 1.25€ por cada 1€ de stake.
¿Y qué ocurre en nuestra apuesta doble Liverpool/Arsenal? Del mismo modo que el overround se incrementa según vamos añadiendo apuestas, también lo hará nuestro “edge”. Si nuestro edge para cada apuesta simple es de 1.25, para la apuesta doble será de 1.5625 (1.25 x 1.25). La cuota para la apuesta doble es de 6.25 (2.5 x 2.5), mientras que nuestra cuota justas para sería de 4.00 (2.00 x 2.00). 6.25 dividido entre 4.00 es 1.5625. Podemos ver por tanto que nuestro edge es considerablemente mayor con la apuesta doble en comparación con las simples. Obviamente es menos probable que ganemos la apuesta doble (un 25% de probabilidades comparado con el 50% de las simples y un 75% de probabilidades de obtener algo de beneficio con las simples). Sin embargo hemos ganado un edge al asumir ese riesgo adicional porque nuestra expectativa de beneficio es superior. Ganaremos menos veces, pero en neto ganaremos más. Sin embargo, esto no nos hace ser mejores pronosticadores; simplemente significa que esperamos ganar más por unidad de stake asumiendo un mayor riesgo..
Si ahora añadimos al Newcastle para hacer una apuesta triple, nuestro betting edge aumentará a 1.953125 (1.25 x 1.25 x 1.25), lo que significa que por cada 1€ de stake que apostemos, debemos esperar obtener casi el doble de nuestra apuesta. Para una combinada de 10 con cuotas individuales de 2.50 y cuotas justas de 2.00, nuestro edge es de un astronómico 9.31. La probabilidad de ganar esta apuesta múltiple de 10 selecciones es de 1 entre 1,024 veces, por lo que claramente estamos asumiendo un mayor riesgo para tener una mayor ventaja o edge.
Sería fácil asumir que todo lo que tenemos que hacer es apostar a grandes múltiples para hacer una fortuna. Pero este pensamiento es erróneo por dos razones. Primero, cuanto mayor es el margen de beneficio que queremos obtener mayor es el riesgo que tenemos que asumir y más veces tendremos que apostar para conseguir esa apuesta ganadora que buscamos. El riesgo no es solo una cuestión teórica; tiene implicaciones de la vida real. Imagina que apuestas a combinadas de 10 selecciones cuya cuota es de 9536, con un edge de 9.31. Si tenemos que hacer cientos de apuestas antes de ganar una nos podemos quedar sin dinero antes de econtrarla. Además, la confianza que tenemos en hacerlo probablemente hará que lo dejemos antes de encontrarla. En segundo lugar, cuantos más partidos incluyamos en la combinada mayor es la probabilidad de que uno o más de ellos no tengan el edge que nosotros creemos somos capaces de vislumbrar. Hasta ahora hemos asumido que somos capaces de saber cuales son las cuotas justas de cada partido. Pero obviamente esto no es posible conocerlo de antemano. Y cuantos más partidos incluyamos más probable es que las cosas empiecen a salir mal. Imaginemos, por ejemplo, que nuestra probabilidad justa de que Liverpool gane al Arsenal es de 2.50 y no de 2.0, mientras que nuestra cuota justa del Newcastle es de 3.0. El edge para la apuesta triple es de sólo 1.042 (2.50/2.50 x 2.50/2 x 2.50/3). En este ejemplo es todavía superior que el edge agregado de las 3 apuestas simples (1.028) pero la ventaja es más reducida y realmente no merece la pena el riesgo adicional en el que incurrimos en la triple con respecto a las apuestas simples.
La recompensa que alguien quiere obtener y cuánto riesgo está dispuesto a asumir es algo muy subjetivo. Cada persona es diferente. Algunos prefieren apostar solo a apuestas simples de bajo riesgo, aceptando una menor recompensa y betting edges a cambio de un “menor estrés” y una probabilidad inferiorde que las cosas vayan realmente mal. A otros les gusta vivir más el riesgo y están dispuestos a pagar ese precio a cambio de conseguir unos mayores beneficios potenciales.
En resumen, cuando nuestra esperanza de beneficios es positiva hemos encontrado un edge; cuando es negativa, no. Sin un edge sólo podemos esperar obtener beneficios a corto plazo con un poco de suerte. A largo plazo la buena y la mala suerte se igualará y nuestro bankroll terminará a cero. Encontrar valor en las apuestas es la clave para “vencer” las cuotas de las casas de apuestas y asegurarse un beneficio a largo plazo y supone que un apostante informado debe ver todas las cuotas como probabilidades y buscar oportunidades donde la casa de apuestas puede haber estimado mal las probabilidades de los diferentes resultados se un evento deportivo.